De radios y camelias

Se trata de hacer propio un rinconcito de todo este espacio gigante, en el que no somos nadie pero en donde todos existimos. Se trata de hacer un hueco a esa palabra... más arriba, más abajo, a un lado o del revés. Se trata de abrir los ojos, alzar la mano, tener una voz y ser consciente de que todo, todos, aportamos, importamos.

viernes, 11 de febrero de 2011

De revoluciones y hambre

Llevaban 18 días con sus 18 noches, protestando en la calle. Decían "basta ya" a un régimen eterno para muchos y represivo para todos. Pero es que antes de que eso pasara, era el pueblo tunecino el que clamaba la caída de Ben Alí que, como Mubarak, pasaron de aliados para los líderes de Occidente a dictadores, una vez fueron tumbados por sus pueblos. Hipocresía de la diplomacia.

Pero las revoluciones pacíficas en los países árabes no empezaron ahí. Nacieron en Gdeim Izik, un punto en medio de la nada, a pocos kilómetros de la capital del Sáhara Occidental. En octubre de 2010 miles de saharauis acamparon durante semanas reivindicando igualdad. Igualdad de derechos y de oportunidades en una tierra controlada por Marruecos, donde hay un 45% de paro que afecta, en su gran mayoría, a saharauis.

Después las protestas se han extendido a Argelia, a Yemen, a Jordania, Libia, Irán, y han salpicado Marruecos, Arabia Saudí, Siria y Palestina. Quizás las revoluciones pacíficas no consigan acabar con todas sus tiranías ahora. Quizás Abdelaziz Bouteflika o Muamar Gadafi mueran antes de verse exiliados. Pero los pueblos ya han triunfado.

Las revoluciones no tienen marcha atrás quieran sus dictadores darse cuenta o no. Porque no vienen promovidas por intereses coyunturales ni por veleidades efímeras. No hay detrás de ellas motivos religiosos ni injerencias extranjeras, por mucho que se empeñara Mubarak. Los movimientos populares de los países árabes no tienen marcha atrás porque son cuestión de supervivencia. Es pobreza, es la subida disparatada del precio de los productos básicos. Es hambre. Es la falta de oportunidades. Es un golpe social para terminar con este orden de la economía mundial. Como dice el economista Jeffrey Sachs, "no son los Hermanos Musulmanes ni es la política... sino el hambre de millones de personas" lo que pone en jaque el estatus quo actual de los países árabes. Y, por extensión, al resto del mundo.

Los pueblos árabes se han dado cuenta de que no pueden vivir oprimidos por las voluntades de unos pocos. Sus reivindicaciones legítimas, su tesón insaciable, su lucha pacífica, su dignidad envidiable, ya han marcado un punto en la Historia de la Revolución de los Pueblos. Ojalá no se cansen. Ojalá.

lunes, 17 de enero de 2011

De dictadores y dictados

Parece que nunca se van a ir. Es lo que tiene ser un dictador, que normalmente se es durante toda una vida. Que se lo digan a Jean Claude Duvalier, que primero se nombró "presidente vitalicio" (sin duda un eufemismo mucho más elegante que proclamarse "tirano" a uno mismo), más tarde tuvo que salir de Haití (después de reprimir todo lo reprimible y de robar todo lo robable) y ahora resulta que vuelve, pasados 25 años de exilio en Francia, porque "quiere ayudar". Vuelve el día en el que se debería haber celebrado la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Vuelve horas antes de que llegue a la isla Insulza, el secretario general de la OEA, que supuestamente va a pedir al actual presidente, René Préval, transparencia en el proceso electoral. Vuelve, en definitiva, otro dictador que va a poner a prueba a la Comunidad Internacional, para dejarla en evidencia o para demostrar que realmente tiene algo que decir en esto del panorama mundial. Ahora los haitianos tienen bastante con reconstruir sus vidas, un año después del terremoto, con encontrar un sitio mejor que una tienda de campaña para dormir y con evitar contraer el cólera. Aún así una vez, en 1986, se levantaron y consiguieron deshacerse de un sinvergüenza. Ojalá les queden fuerzas para volver a hacerlo y poder cimentar de una vez un país, además de sus propias vidas.

Hay veces que pasa. Hay veces que un pueblo puede con sus gobernantes y corruptos. Ha pasado en Túnez. Mohamed Bouazizi se perderá en el olvido de nuestra Historia pero fue el que cambió la de los tunecinos. Él empezó la llamada Revolución de los Jazmines cuando se quemó a lo bonzo el pasado 17 de diciembre, después de que la policía le quitara su único medio de vida: su puesto de frutas. Desde entonces, una oleada de protestas ha provocado el exilio de la familia Ben Alí, que después de 23 años teniendo la desvergüenza de someter a todo un pueblo, ha tenido la indignidad suficiente como para huir a escondidas. Y con 45 millones de euros en lingotes de oro bajo el brazo, excentricidades de dictadores...

Los cambios desde abajo se pueden. La pregunta es ¿qué se necesita para hacer que estallen?.

lunes, 3 de enero de 2011

De titulares y torturas

Los palestinos sólo son noticia cuando les matan o cuando ellos matan. O ni siquiera. Un muerto en Gaza ya no merece ni una línea en un boletín. Si pasan de cinco, igual sí, depende del resto de la actualidad. Es uno de los (muchos) problemas de los palestinos: que su realidad ha dejado de ser noticia.

Los muertos son una gran desgracia que pone sobre todo cifras a la situación en la que viven. Una desgracia "fácil" para hacer un titular. No debe serlo tanto la humillación constante, la opresión omnipresente, la vulneración de unos derechos que para ellos parece que no existen, el sometimiento continuo. El insulto, el desprecio, el ultraje, la degradación. Eso es lo que debería ser noticia cada día, porque cada día el pueblo palestino es denigrado.

Los palestinos sufren la tortura medieval del goteo. Están sometidos a que les caiga una gota cada pocos segundos. Cruzar un checkponit, una gota. Un desalojo, una gota. Un hermano detenido, una gota. Un permiso retirado, una gota. Un cacheo, una gota. Un veto a la hora del rezo, una gota. Una prohibición, una gota. Un amigo asesinado, una gota. Al cabo de horas tienen llagas en la piel. Y en los ojos. Pero, como en el medievo, no es el dolor físico lo peor de la tragedia. Sino la tortura psicológica a la que ese pueblo lleva años sometido, muriéndose de sed sin poder alcanzar la gota que les mata y desesperados por el insomnio que les provoca tener sobre sí un goteo constante.

Si los periodistas pudiéramos poner cifra a la humillación y la actualidad no se midiera tanto por lo novedoso como por lo importante, los palestinos llevarían años siendo el triste goteo de portadas que se repetirán mientras dure una Inquisición sagrada para unos, intocable para todos.

lunes, 4 de mayo de 2009

De palabras y muertes

Volvía caminando a casa después de tener una bronca con el alcalde de Santa María del Oro (estado de Durango, Méjico). No le gustó al edil su último artículo sobre las penosas condiciones sanitarias del mercado local. No era una novedad para Carlos, era más bien un episodio más de las presiones que recibía de la administración local. Sólo que ese día se producía unas semanas después de que el Ministerio Público se negara a abrir una investigación sobre el incendio de su coche a las puertas de su casa.

Volvía caminando y se dio cuenta de que le seguían. Dos coches, con dos tipos en cada uno. Pararon en la esquina, donde los desconocidos intentaron secuestrar al periodista, que opuso resistencia antes de que lo mataran a balazos.

Cinismos del destino. El periodista murió asesinado el día de la Libertad de Prensa. Las autoridades, por cierto, no han mostrado intención alguna de llevar el caso ante la Justicia.

Es uno, de los 19 periodistas asesinados en este 2009. Hay además 220 personas encarceladas (periodistas, colaboradores y bloggeros) por expresarse libremente en un lugar donde "no pueden" hacerlo.

Hablamos de China, de Cuba, de Irán, de Rusia, de Colombia, de Marruecos, de Venezuela, de Eritrea, de Corea del Norte y de un largo y triste etcétera donde, los intereses político-económicos por un lado, y las presiones narco-terroristas por otro, ganan la partida a los derechos fundamentales.

Pero siempre hay Personas por encima de dictadores, matones y rastreros. Son ellos la esencia por la que trabajamos el resto, por defender una Libertad de Expresión olvidada que es, al fin y al cabo, uno de los pilares fundamentales de una Democracia muchas veces menospreciada.


domingo, 12 de abril de 2009

De las mentiras de Marruecos


Siempre te imaginas, en medio de un conflicto político, exageraciones, intereses maquillados, tergiversaciones e incluso manipulaciones de hechos o informaciones, desde cada una de las partes. Sí, desde cada una de las partes.

Pero en este caso no hablo de forzar una interpretación ni de utilizar palabras poco adecuadas. Hablo de mentiras. De mentiras descaradas que jamás pensé que un gobierno medianamente serio pudiera cometer. Hablo sin maquillaje ni literatura. Hablo concretamente de las mentiras de Marruecos del día 10 de abril de 2009.

Dijo entonces su ministro de Asuntos Exteriores, en relación con la columna humana que se formó a modo de protesta frente al muro que divide en dos el Sahara Occidental, literalmente, que "unas 1.400 personas, entre ellas extranjeros, encuadradas por elementos militares del Polisario, provistas de armas individuales y detectores de minas, han entrado hoy viernes en la zona prohibida... varios tiros han sido disparados al aire y alambres de espino han sido extraídos, violando a propósito y de manera flagrante los acuerdos militares concluidos bajo los auspicios de las Naciones Unidas y cuyo respeto está supervisado por la MINURSO”. Esta vez no me lo cuentan, esta vez no lo leo ni lo deduzco. Esta vez lo vivo.

Marruecos miente cuando dice que esa columna humana está "encuadrada por elementos militares del Polisario". Esas personas (entre las que sí, estábamos y éramos muchos extranjeros) iban a protestar de forma pacífica frente al muro en una concentración organizada desde España.

Marruecos miente cuando se atreve a decir que íbamos provistos "de armas individuales" y que disparamos varios tiros al aire. Absolutamente falso. Todos los que estábamos en la concentración éramos civiles. Unos, periodistas y personal de Landmine Action, trabajando; otros personal de la organización y, todos, testigos de la vulneración de los derechos humanos que supone la existencia de esa barrera.

Marruecos miente cuando dice que, con esa concentración, se violó "a propósito y de manera flagrante los acuerdos militares concluidos bajo los auspicios de las Naciones Unidas". La misma ONU le desdijo. Fue su misión allí, la MINURSO, la que aseguró que no intervino en los acontecimientos ya que sólo puede hacerlo en caso de vulneración de la resolución del Consejo de Seguridad.

Marruecos miente y lo hace con un descaro intolerable ante la más alta institución internacional, ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Marruecos miente y queda impune, pero no gana. Porque no puede callarnos. No puede callar al pueblo saharaui. No puede callar a los que hemos conocido la realidad de lo que lleva más de treinta años provocando en el Sahara Occidental. Marruecos miente pero no silencia, porque cada vez somos más los que denunciamos la infamia que representa su muro. Marruecos miente, pero se olvida de que vamos a estar, desde el altavoz que podamos, contando la realidad que ellos desprecian: la verdad del desierto.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Desde el Despacho Oval

Si hay un lugar en donde todo puede ser es ése. Se lo repite una y otra vez, mirando la parte azul de la moqueta. Me queda grande, piensa. Pero el destino le ha llevado hasta allí y sabe que va a cumplir el papel del cargo que representa. Mira atrás. Deja la vida que ocupó durante lustros pero lucha por un espacio mejor. No sólo porque cree en él, sino porque sabe que existe.
Todo el mundo suspira por él, pendiente de cada uno de sus pasos. Y hacen bien, porque los va a dar. Los tiene que dar. Es un antes y un después. Es la ilusión de dentro y fuera, la encarnación de millones de esperanzas y de desesperanzados.
Si hay un lugar en donde todavía todo puede ser... es ése. Rodeado de seguidores, asesores, representantes, guardaespaldas, negros, mayores, extranjeros, pensadores, bohemios, brokers y trovadores. Es el momento. Está claro. Lo sabía antes y lo sabe ahora. Le da miedo. Le da pavor fijar su vista el dibujo de la moqueta. Pero no hay marcha atrás: el cambio ha llegado.

lunes, 3 de noviembre de 2008



Barak Obama es como Woody Allen. En Europa nos encanta. En Estados Unidos resulta que es un incomprendido. A John McCain, sin embargo, le pasa todo lo contrario. Aquí no nos gusta, lo vemos como más de lo mismo. Pero puede ser el próximo presidente de Estados Unidos, con lo que tiene un respaldo en su casa que en Europa no entendemos, cegados por las ganas de cambio, por el empacho republicano o por el morbo afroamericano. McCain es como Wendy´s, que en Europa, por alguna razón nunca llegó a cuajar y en Estados Unidos hace la competencia, ni más ni menos, a la todopoderosa Big Mac.


Todas las encuestas favorecen a Obama... pero no, ni mucho menos está todo el pescado vendido. Hay factores externos que pueden alterar esos resultados (algún susto terrorista sin ir más lejos) pero también los puede haber internos que hayan provocado un reflejo equivocado de la realidad en los sondeos (que se lo digan a John Kerry y a Al Gore).


El caso es que, gane quien gane, habrá cambio. Cambio, porque la situación dentro y fuera de Estados Unidos es completamente diferente a la que se encontró George Bush hace ocho años. Pero lo que está claro es que, gane quien gane, tendrá que hacer frente a los mismos retos: Irak, una economía marcha atrás o restablecer la propia imagen del país a nivel mundial.

Queda nada. Unas horas. Mientras, Arizona se prepara, Chicago se engalana y el resto... el resto miramos con lupa unos resultados que, esperamos, hagan realmente Historia.


jueves, 4 de septiembre de 2008

El destape

Caminaba por la avenida con prisa, casi corriendo. Extraño en ella, que transmite serenidad con cada gesto. Sobre todo cuando habla. Pero esa mañana no tenía tiempo para decir nada. Al revés. Le faltaba el aire. Confluían en su pecho una sensación de angustia y de ahogo. Pero no podía parar. La niebla confundía las luces de los semáforos con las farolas y los neones que quedaban encendidos a deshora. Le chorreaba la lluvia por la cara. No había tenido tiempo para abrocharse la gabardina y sentía las gotas resbalar por su piel, bajo el cuello arrugado de la camisa. Llovía desde anoche pero no pudo pensarlo mientras se vestía. Sólo quería llegar. Hubiera deseado en ese momento estar tumbada en el sofá, y encontrar por la radio la normalidad que le trae esa voz que nunca ha visto. Tenía los dedos congelados y los sentía estrangulados por el peso de las bolsas. Pero no podía parar. Llegó al portal. La cerradura seguía suelta y, de una patada, abrió la puerta. Estaba sucia, descascarillada y oxidada, mezcla de humedad y de años. Subió los escalones de dos en dos a pesar de la fatiga. La puerta estaba entreabierta. Tiró las cosas. Se secó la frente. La bombilla estaba a punto de fundirse y su chasquido parecía atronador en medio de tanta nada. Llegó a la cocina y empezó a vomitar: la cajita azul de la encimera estaba abierta.

lunes, 9 de junio de 2008

Cuando la política se viste con petróleo

Los ocho países más industrializados del mundo se han reunido en Japón para buscar causas y soluciones a la subida disparada del precio del petróleo. A la reunión invitan a China, India y Corea del Sur (estos once países consumen el 65% de la energía mundial).
Es una buena iniciativa teniendo en cuenta que estas economías emergentes son ya grandes demandantes de energía y China, por ejemplo, será el país del mundo que más carburante consuma dentro de tan sólo dos años, en el 2010, incluso por encima de Estados Unidos.

El G8 parece que toma conciencia de que la subida del precio del crudo es un problema global y, junto con estos tres países, alertan de que si no se toman medidas la economía global va a entrar en recesión. Contemplan medidas de dos tipos; a largo plazo, como invertir en tecnología para fomentar energías renovables y, a corto plazo, aumentar la producción. Y para eso hacen un llamamiento urgente a la OPEP: incrementar la producción de fuel para que no se sigan disparando los precios y no se desestabilice el mercado.

Claro que, así explicada la propuesta, tiene su razón de ser... pero es sólo mirar una cara del prisma. La OPEP está compuesta por 13 países, responsables del 45% de la producción mundial. El primer país productor del mundo es Arabia Saudí (miembro de la OPEP). El segundo y tercero en el ránking de producción son Estados Unidos y Rusia (el primero, el mayor consumidor del mundo y ambos miembros del G8 pero no de la OPEP, y piden a esta organización que incremente la producción). Canadá está en el puesto número 7 en la producción global y también es miembro del G8.

El G8 propone así soluciones parciales. Por un lado, que sean otros (los paíes de la OPEP) los que produzcan más y sin contemplar para ellos mismos ningún compromiso en variar sus niveles de producción ni de reducción de consumo de energía. La OPEP, por su parte, se lava las manos. Asegura que hay suficiente crudo para cubrir el consumo global. Y que detrás del alza de precios está la especulación y la psicósis política mundial. Una realidad a medias, ya que la demanda de países como China e India se agiganta cada día mientras la producción sigue siendo la misma (estos dos países serán los responsables de la mitad del consumo de energía mundial de aquí a 2030).

Así que mientras unas organizaciones y otras juegan a vestir los intereses políticos con soluciones económicas, las petroleras se frotan las manos. Y mientras los usuarios, como siempre, sufren la realidad de los datos: el precio del barril de Brent se ha duplicado desde 2007, ha subido un 44% desde el pasado enero y, en apenas 36 horas, se ha disparado a más de 16 dólares, alcanzando el pasado viernes su máximo histórico: 139 dólares por barril.

miércoles, 4 de junio de 2008

Yes, he can

El Correcaminos siempre gana al Coyote. Así ha llevado Hillary Clinton la larga votación de los demócratas -como ilustraba un editorial de The Economist- corriendo detrás de un Obama que se ha vuelto imparable. Esta noche Hillary ha mirado al suelo y se ha visto como el Coyote: corriendo sobre la nada.

Conseguidos más de los 2.118 avales necesarios, ahora es él. Él, que ha roto todas las barreras raciales y se ha convertido en el primer candidato negro en llegar a la Casa Blanca. Él, que representa el cambio, la ilusión y la confianza para muchos, tiene todavía muchas trampas que esquivar y dudas que despejar.

Lo más inmediato; falta por ver que los apoyos de Hillary se van a materializar en votos para Obama y no en rencores a favor del republicano McCain, y si la sociedad estadounidense está realmente preparada para el cambio.

La atención mundial se tornará sobre Obama si gana el próximo 4 de noviembre. Y es que, en esta coyuntura actual, un giro en la presidencia de Estados Unidos puede cambiar el cauce de la realidad.

Sabemos que está en contra de la guerra de Irak; pero no cómo va a hacer sacar a sus tropas de un Estado ya fallido y dependiente de la presencia internacional para no caer en guerra civil. Sabemos que pretende abrir las relaciones con Cuba; pero no contempla el levantamiento del embargo... Y así con todo.

McCain aparece como una continuidad en las formas y en el fondo. Obama puede romper esquemas, en apariencia y en esencia. Y es ese el equilibrio que el senador de Illinois tiene que guardar, entre la seguridad de lo conocido y el riesgo de lo nuevo, al menos hasta ser nombrado presidente de Estados Unidos. Porque sabemos que quiere cambiar cosas pero no sabemos cómo. Sabemos que la gente le apoya pero no sabemos hasta qué punto. Y es que ahí está la clave. Él está preparado para el cambio pero... ¿lo está realmente la sociedad americana?.

martes, 20 de noviembre de 2007

España, ¿fascista?

La violencia sobre las mujeres comenzó a ser un problema en la sociedad española a partir de la década de los 90. Los casos de asesinatos machistas empezaron a ser portada en los medios de comunicación y la sociedad civil se fue concienciando de que esto era una lacra en nuestro país. También lo hizo la clase política. Hasta el punto de que hoy tenemos una Ley contra la violencia de género. Las agresiones machistas han dejado de ser, por tanto, un hecho aislado para convertirse en un problema de nuestra realidad social que hay que erradicar y que, de hecho, se está haciendo.

Algo -bastante- de responsabilidad en eso tienen los periodistas; sobreentendiendo que los medios de comunicación tienen la capacidad de definir los problemas sociales: hablando de ellos -denunciándolos- o simplemente ignorándolos o dándolos un tratamiento erróneo.

Me gustaría saber qué tiene que pasar para que los medios otorgaran este tratamiento de "denuncia social" a los actos de fascismo que se viven en nuestro país. Me gustaría saber por qué el poder político no exige, de manera inmediata, la disolución de todas las organizaciones fascistas, racistas y xenófobas, así como la ilegalización de sus manifestaciones y actividades públicas.

La razón quizá sea que nuestra sociedad todavía no ve esto del fascismo como un problema. Otras sociedades, como la alemana o la italiana, sí que lo entienden así; por eso tienen toda simbología o apología nazi o fascista prohibida y penada, por ley, como en España tenemos ahora el maltrato a las mujeres.

Otra de las razones quizá esté en que a los políticos no les interesa. Al Partido Popular, por no perder posibles votos de la derecha más extrema; pero es que al Partido Socialista tampoco le conviene. Al PSOE incluso le benefician los brotes de este sector, para vincularlos a los populares, hacer propaganda con eso, e intentar así recuperar un voto de la izquierda más desencantada.

Entre tanta manifestación ideológica de estos últimos días, mucho se ha dicho sobre la equidistancia de los radicales de uno y otro lado. Y, perdón, pero quiero decir desde aquí un NO. Mentira. Me niego. Hay extremistas de derechas y de izquierdas, sí. Ambos son violentos, también (sobra decir que sus actitudes en este sentido han de ser igualmente penadas: afortunadamente todos, derechas o izquierdas, somos iguales ente la ley). Pero NO es igual el antisistema que defiende la igualdad entre razas que el fascista que alienta la xenofobia. El fin por supuesto que no justifica los medios; no seré yo quien legitime, ni siquiera mínimamente, la violencia. Pero, por favor, no intoxiquemos: aquel que equipara los dos extremos es que ignora lo profundo del asunto.

miércoles, 10 de octubre de 2007

De huellas y credos

Mucho se ha hablado estos días de la muerte de un héroe. Quizás demasiado. Mucha ha sido la paraferanalia con tanto acto de conmemoración de los que, casi al final, dejaron de estar a su lado. Celebraciones, 40 años después, para colgar medallas a los que no las merecen y que ahora alaban a la figura del mito más que a la presona.
Para mí ésta última y su recuerdo de poesía gauchesca. Mi labor era de intérprete en la selva; algo que pude haber hecho aún sin aprender español, con el lenguaje intrínseco de las miradas que promueven los paisajes de okumés.
Fueron duros
aquellos meses del 65... había ido con unas espectativas que no veía reflejadas en los guerrilleros locales. No se encontraba así mismo y dudaba de la visión que el resto tenía de él. Cierto es que dejaba mucho atrás. Pero no tenía él esas ínfulas de protagonismo ministerial que rechazó, como decía, porque se defraudaba a sí mismo, a su esencia. Sabía de la valía de los países del tercer mundo y era un hombre que creía, que vivía por y para la Revolución (esto no es ningún secreto).
Años después se presentó, en mi apartamento de Budapest, en el número 20 de Ve Smečkách, Juan Coronel, antiguo responsable de la Comisión Nacional de Prensa del Partido Comunista Boliviano y cónsul en Campo Grande. El diplomático traía recuerdos de Cochabamba y algo más. Su destino era pasar por Moscú y, aunque se negó en revelarme para qué, se sentía vigilado por el Kremlin y necesitaba su visto bueno antes de llegar a La Habana.
Era un maletín de cuero, de un marrón envejecido, con dos hebillas de color cobre que precintaba la valija. Estaba forrada en su interior por un terciopelo rojo, con una forma que guardaba las proporciones perfectas para ajustarse al bote. A aquel horrible bote.
Llamó al telefonillo. Subió andando, corriendo, los tres pisos, me dio un beso en la mejilla izquierda y buscó en la pared la correa para bajar la persiana. Me pidió que me sentara y un vaso de agua. Y lo abrió. Sabía que era asunto de secreto de Estado, pero era la primera vez que lo veía. Empezó a vomitar.
Se me calló el alma a los pies al
ver sus dedos. Largos y finos, pero firmes. Y blancos. Muy blancos a pesar del formol, que le daba aspecto de podridos. Quizás porque estaban muertos. Al animal que llevó a cabo la misión, debió haberle costado... pues sus muñecas tenían una forma irregular: había cortado con un instrumento inadecuado.


jueves, 4 de octubre de 2007

Son las diez, las nueve en Canarias

Si escuchara hoy la radio se sorprendería siendo portada del Informativo. Hoy, otros hacen el trabajo por él; y él, es el protagonista por lo que nunca lo tuvo que ser. Él es la noticia y otros, los que la cuentan.

Una día, allá por abril... a finales, o a principios de mayo, me crucé con él sin esperármelo. Salía del estudio, con la mente puesta en la noticia que acababa de leer. Iba acompañado de ni siquiera me fijé en quién. Tenía buen aspecto. Llevaba la gorra que debía haberle acompañado durante estos meses atrás. Tenía un buen color. Y sonreía. Salía del estudio y casi nos chocamos, de hecho, creo que le pisé. No supe reaccionar de manera más inteligente... le dije: ¡hombre, Carlos! ¿qué tal?. Él contestó: ¡pues muy bien, no ves que al final no me muero!

viernes, 28 de septiembre de 2007

Welcome Mr. Ahmadinejad

El lienzo que Columbia le tenía preparado a Ahmadinejad es el mejor reflejo del recibimiento que los americanos querían dar -y dieron- al presidente iraní.
Todo un fondo negro y miles de ojos clavados en cada gesto del ponente, en cada una de sus palabras que fueron seguidas con una minuciosidad extrema.

Una visita incómoda, que empezó con la prohibición al mandatario de asistir a la Zona Cero. Una presentación insultante que no hizo a Ahmadinejad venirse abajo. Una invitación -la de la Universidad- muy criticada por algunos de los sectores, pero que demuestra un alarde envidiable de libre expresión en esta sociedad donde, muchas veces, parece que está pautada. La presencia de Ahmadinejad en Columbia en una de las paradojas, de las luces y las sombras, que le dan vida a una cuidad única como es Nueva York.

Llegó en un mar de críticas. Críticas de los medios locales: periódicos, televisiones, radios. Críticas sociales: manifestaciones, pancartas, gritos, protestas. Críticas de los mandatarios mundiales: Sarkozy, Merckel, Bush. Pero, a pesar de todo, Ahmadinejad consiguió salir como un héroe. Como un héroe para los suyos. Un héroe calmado a pesar de sus falacias -negó el Holocausto o la existencia de homosexuales en Irán-. Ahmadinejad negó querer una guerra contra Estados Unidos. Ahmadinejad negó querer fabricar la bomba nuclear. Ahmadinejad habló por el sufrimiento de los palestinos y aseguró querer mostrar sus respetos por los atentados del 11-S.

Ahmadinejad es el nuevo líder mundial para los que están contra Occidente. Y Occidente se lo pone en bandeja. Ahmadinejad llega a Naciones Unidas como la hormiguita a la que las grandes potencias quieren humillar. Pero esa hormiguita se convierte en estrella, ni más ni menos, que dando entrevistas para la CBS, conferencias en la prestigiosa Columbia y discursos en Naciones Unidas.

Y la realidad es que Ahmadinejad no está solo. Millones de personas lo veneran. Y no sólo "islamistas radicales" de los que tanto hablan los medios. Sino personas que simplemente entienden el mundo de otra manera, lejos del imperialismo y de nuestra "justiciera" visión de Occidente. En América Latina se le recibe con honores de Simón Bolívar. Venezuela y Bolivia acogen a Irán como a un hermano asiático, unidos por el antiamericanismo y la defensa de un desarrollo nuclear pacífico. Y no se queda ahí, las afinidades hispanas del iraní se extienden también a Ecuador y Nicaragua.

¿Será que desde su silla de paja la realidad tiene un color diferente al que se ve desde nuestro trono de oro?


martes, 11 de septiembre de 2007

11-S y 11-S

Comía puré. Lo mismo que llevaba comiendo durante los últimos catorce meses. Variaban mucho, eso sí, procuraban no repetir ingredientes en la misma semana. Pero ella no alcanzaba a notar más que el frío o el calor. O los garbanzos. Si era de garbanzos reñía a la enfermera con un genio que debía guardar debajo de la cama, porque en sus costillas no cabía. Pero es que siempre había odiado los garbanzos y, de eso, se acordaba. De eso y de fumar. Una amiga suya, la Juana, le llevaba cigarros a escondidas. La conoció en sus días de exilio, y la cobijó como a una hija. Y ahora, en este camino de ida y vuelta que es la vida, la mujer se propuso devolverle tanto favor prestado. Siempre que pasaba por Madrid la iba a ver, y escondía algunos paquetes en la estantería, debajo de los camisones. A ella se le había olvidado hasta hablar, pero sabía que aquella señora vestida de negro cuidaría de que nunca le faltara un capricho.

Sus nietos la visitaban y leían para ella. Uno de ellos quería ser poeta y le inspiraba tanto silencio compartido. Sus canas le sugerían versos y su olor, sus dedos entumecidos, su mentón descolorido... su piel. Sus uñas amarillas, sus surcos con historias, sus pequeños ojos grises y su sonrisa... cuántas cosas había vivido antes de poder fabricar esa sonrisa.

Su cuarto estaba casi vacío. Tenía una foto en blanco y negro del amor de su vida. José, aparecía apoyado en una mocheta, muy elegante, con aquel traje de la época. Las manos entrelazadas y una sonrisa -otra sonrisa- que no correspondía a las complicaciones de sus vidas en aquellos años. Por eso siempre le amó. Tenía una radio que le gustaba tener encendida, como si fuera la banda sonora de su vida; y un vaso de agua, encima de la mesilla. En su día dijo no querer nada más. Se obcecó en que sólo quería tener con ella las cosas importantes y limpió su mueble de joyeros y recuerdos; descolgó un cuadro, el espejo de madera que le regaló su hermana e incluso quitó la lámpara para dejar la bombilla, el casquillo y el cable al descubierto. El estado de su habitación le hacía parecer todavía más vieja.

Aquella, era una tarde más. Recostada en su cama, se intentaba quitar el esparadrapo que le sujetaba la vía del suero al brazo; pero ni para eso tenía fuerzas. Ella miraba a la nada mientras el nieto recitaba. La radio se escuchaba lo suficiente para que ambos se dieran cuenta de que cortaron la programación, para hacer una retransmisión especial. Algo pasaba. Era 11 de septiembre y se temieron lo peor. Por fin salió esa voz, tan reconocible para ella, y lo contó: Fidel había muerto.

Se incorporó y a duras penas encendió un cigarro. Se volvió a recostar, soltó una diminuta carcajada irónica, y dijo: ¡Pepe, viva la Revolución!

martes, 26 de junio de 2007

De necedades y realidades

Al otro lado del teléfono ser fuerte parece más fácil. Mientras él habla, tú preparas el ordenador, subes la regleta del teléfono, activas el micrófono y haces click para empezar a grabar. Un folio con un montón de preguntas bien estructuradas. Escuchas, en silencio, y las realidades se empiezan a confundir. Él, encadenado, habla con la atroz fatiga de la desesperación. Yo, sentada, suelto el bolígrafo y mis preguntas dejan de tener sentido. Él, en la quimera del creer. Yo, en lo mezquino de tener. Él, con su sinceridad, dilapidó mis intenciones. Yo, con mi osadía, abrí una ventana sin esperanza en las tinieblas que le rodean. Él llora. Yo, lloro. La cabina se hace absurda. Y más absurda es la necedad de saber que yo me iré. Me iré a dormir. Y, mientras, él se quedará esperando.

martes, 19 de junio de 2007

De pasiones y perfidias

Los hielos volteaban en su vaso de ginebra, que miraba como si le auguraran la frase siguiente. Tenía una botella de agua al lado que no usó. Las grandes mejillas hacían sus ojos aún más chicos, tras esas gafas -anteojos, para él- que llevan tantas y tantas letras consumidas.
Me contaba sus conversaciones con el Presidente con la naturalidad que da el darse cuenta de que en el suelo se vive mejor; sabiendo que, por el momento, los hedonismos de lo que él allí representa aquí no valen, no sirven de nada. Se acordaba de su Guayabal natal y de cómo era su vida cuando llegó a la gran ciudad.
La fatiga le ahogaba el pecho divagando sobre cómo será cuando regrese. Si regresa. Me hablaba sobre la degradación del hombre, sobre pasiones secretas y pequeñas libertades descubiertas.
Y a mí me sorprendió allí, embelesada, en el bálsamo de una escucha que me hubiera gustado no terminar, en medio de los delirios y perfidias de la Gran Vía.

martes, 12 de junio de 2007

La Fayette St

Tenía hambre... y en ese momento se arrepintió de no haber rellenado el hueco de su mochila con el paquete de galletas que le preparó su madre. Pero a penas podía con lo puesto, la maleta azul y su gato, que se lo había llevado en caso de faltarle un abrazo. Se estaba portando bien, después de todo, el tranquilizante le hizo efecto.
El viaje fue eterno. Le resultó imposible comprimir su vida en un espacio de 39x55. Pero estuvo esperando durante tanto tiempo que no le importó saber que se olvidaba de la mitad. "Es igual", pensó, "ahí no está lo importante".
Se acordaba con melancolía del día que sentó a su madre a escuchar aquella entrevista. Siempre se alegró de haberlo hecho. Ahora estaba lejos, y con un pie al borde de lo que siempre había buscado. Soñado.
Contó suficientes estaciones como para saber cuál sería la siguiente. Se incorporó. Cogió a su gato. Y se vio en la estación, en medio del ir y venir de la rutina de la gente. Estaba ahí. Con ese olor intenso al que nunca se terminaría de acostumbrar. Por fin estaba ahí. Pensando... "¿y ahora qué?".

martes, 5 de junio de 2007

De radios y camelias

Su esposo era español y, durante algunos años, había estado viajando por España por su condición de diplomática y embajadora de los Derechos Humanos, defendiendo en sus conferencias el derecho natural del las personas de vivir en libertad y en paz. Desde hace un tiempo, ya no podía hacerlo.
Durante la última semana su cabeza había estado trabajando a mil. Algo le decía que Herbin le traería su regalo, el sentido de su vida durante los últimos... quizás meses, quizás siglos.
Tumbada en el suelo sus entrañas, ya inertes de tanto arder de rabia y dolor, despertaron al escucharla. Su voz, seguía siendo dulce a sus 63. Contaba el parte mensual de su familia, de esa manera tan maternal que ella sólo sabía, desde la última vez que la escuchó. Al día siguiente sería el cumpleaños de su niña, y le regalaría por ella unos zapatos de charol de unos 5.000 pesos, que le servirían para el día de su comunión.
Su compañera dormía pegada a ella. Se movió, y le siseó para que parara; porque el ruido de las cadenas que las unía por el cuello no le dejaba escuchar bien.
Su madre se despidió, le dijo que la amaba, y con amarga resignación pensó: yo también les amo, yo también... Y no pudo evitar volver a llorar en mitad del silencio.
No supo cuánto tiempo había pasado, perdió toda noción hace ya... el sol comenzaba a hacerse notar, aunque se había acostumbrado, a la fuerza, a la humedad que provocan el calor y la selva.
De repente se vio atenta, quizás con las lágrimas secas o los ojos vacíos, a las palabras de Darío Arizmendi. "Siempre fiel a ti, Darío", solía pensar. Y es que la radio se convirtió en su único enganche a la vida. Contaba el periodista cómo los terroristas habían decidido volver a atentar en su querida España. Y pensó en las veces que ella había luchado, desde su posición, contra el mal ajeno teniendo el lobo en su propia casa. No se arrepentía. Simplemente se sentía desprotegida.
Había echado de menos escuchar en las noticias referencias de la "Madre Patria", en su intermediación en este proceso del que dependía su libertad... que en el fondo le parecía era tan probable como lanzar una moneda al aire y que cayera de canto. Pero su esperanza estaba ahí y era lo único a lo que se podía agarrar. A eso, y a la radio. Y en la radio no estaba España, ésa que hoy tanto apelaba a la cooperación internacional.
"Ja!", pensó. Pero se lo perdonó. No cabía en ella ningún reproche... sólo quería volver a sentarse en aquel banquito de la plaza Bolívar de su querida Cartagena, y leerle un cuento a su niña, entre camelias y sones.


lunes, 4 de junio de 2007

Mapas sin sombrero


Tenía el mapa sobre las piernas. La tonta herencia de la casualidad le hizo soltar una vaga sonrisa al darse cuenta de que había abierto la página justo donde descansaba el viejo Medina Sidonia. Pero estaba demasiado lejos. Se acordó de las tardes de Lisboa, que tantas sorpresas le habían dado.

Pero la imagen de aquella mujer, llorando, contándole su historia sin un resquicio de miedo, le atormentaba. Y su marido, enfermo, que no paraba de escribir y escribir, a sabiendas de que no serviría de nada... sólo convencido por la causa.

Entonces se acordó de él. De que le habían intentado convencer, a pesar de todo, para que no se comprara aquel sombrero... Nunca supimos si fue lo mejor. Quizás fuera tarde... quizás demasiado pronto.

Mientras, continuaba el trovador a la vuelta de alguna esquina que no alcanzaba a ver, descalzo, en medio de ese inconfundible olor a yuca cocida. Tocaba su canción. La mezcla de los acordes con la humedad y la sal, le erizó la piel. Le encogió el hígado, como con regocijo, hasta conseguir que la vista se le nublara con cortinas de lágrimas. En ese momento fue más consciente que nunca de que estaba allí, en su coche destartalado, frente al Malecón, sin encontrar la calle en el mapa de la ciudad en la que había decidido irse a perder.

jueves, 24 de mayo de 2007

Dolor de Libertad


Más de cinco años de litigios que parecían insalvables tocan su fin, como siempre, de la manera en la que todo allí tiene solución. 4.500 millones de dólares son la mercromina que sana las diferencias para comenzar a construir con hormigones la Libertad más alta del mundo. El señor inmóvil del maletín, sentado en su banco de granito se pregunta a veces si es un empeño por reemplazar lo irreplazable; otras, si se trata de un alarde de prepotencia para demostrar quién gana el pulso; o si no es más que una hazaña para rellenar la melancolía del viajero del ferry oxidado que no puede evitar fijarse, cada vez que cruza, en un cielo dolorosamete desnudo. El mismo viajero que, una vez allí, se da cuenta de que en esa ciudad que no conoce de calendario, siempre es hoy.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco rascacielos y un "memorial" van a vestir el vacío obligado del downtown por el que alguien paseará, recordando a aquel anciano que intentaba reprimir un desconsuelo evidente a pesar de unos lentes que no reflejaban otra cosa que la realidad del momento.

miércoles, 2 de mayo de 2007

Los límites de la ignominia


El ejército de Estados Unidos ha empezado a blindar con muros los barrios más “conflictivos” de Bagdad. Están, además, utilizando tecnología biométrica para comprobar la identidad sus residentes -por ejemplo, a través del iris del ojo-. Bonita manera tapiada de llevar la tan pretendida Libertad a los iraquíes. Bajo frases como ésta: “si mantenemos a los malos fuera, ganamos" (del teniente Sean Henley, destinado en el sur de Ghazaliya), pretenden poner punto y final a los problemas entre comunidades… limitando el libre tránsito a las personas, una vulneración, por cierto, a los Derechos Humanos, según Naciones Unidas. Parece que los que mandan no entienden que no se trata de separar a las personas, de acentuar más las diferencias y de dividir a la población; sino de enseñarla a convivir, respetando las diferencias. Claro que… quizás con Respeto no se gana la recompensa.

Lo peor es que no son ellos los únicos que se equivocan. Debe ser la condición de las personas, que somos de memoria frágil y al final siempre acabamos topando con la misma piedra. ¿Qué pensaría Reagan, cuando le pidió a Gorvachov en Brandemburgo que derribara el muro de Berlín, si viera que la moda del siglo XXI es construir vallas para solucionar los problemas cuando se le acaba la paciencia a la Diplomacia?

Es ahora Brasil el que se empeña en resolver el contrabando con cemento y acero en la frontera con Paraguay. O Estados Unidos en su frontera con Méjico, que en vez de encontrar una eficaz política migratoria, o fomentar los acuerdos con los chicanos… decide poner límites al espacio… como si Río Grande tuviera dueño, o el desierto de Arizona perteneciera más a Arizona por estar vallado. Pero hay más… el muro del Sáhara, el de las dos Coreas, el de Israel en Cisjordania…y ¿cómo criticar al resto del mundo si tenemos lo mismo en nuestra propia casa? Tan cerca, presumiendo de los avances sociales de la europeidad, intentamos evadir a las personas con una serpentina metálica de espinas puntiagudas y aceradas. A las Personas.

Los que gobiernan se equivocan cuando pretenden resolver con ladrillos lo que no hacen con palabras. Los que gobiernan no construyen soluciones con hormigón; ni arreglan separando; ni aportan dividiendo… así se acercarán a sus intereses… además de alimentar el odio, sembrar la confusión y fomentar los problemas con la ignominia de su incompetencia.

jueves, 29 de marzo de 2007

Cumpleaños no feliz

Marzo. Un mes de fechas señaladas. De aniversarios especiales. Hace 50 marzos que se firmó el Tratado de Roma; 50 marzos de una Europa Unida. Pero este cumpleaños ha estado lejos de ser un cumpleaños feliz. El esmero de Merkel y de sus “vasallos comunitarios” por reforzar los pilares europeos así lo reflejaban. Los designios originales de un gran espacio común; de un mercado compartido; de la consolidación de unas bases esenciales para todos los europeos, parecen haberse estancado hasta el punto de convertirse, para los más pesimistas, en meras quimeras.

Pero no es sólo Europa la que, al borde del resquebrajo, aprovecha su aniversario para intentarse estabilizar. En marzo, también se esfuerzan Irak y el Gobierno Bush, o el Gobierno Bush e Irak. Cuatro años después de la invasión ambos buscan unos equilibrios diferentes, pero inevitable y tristemente paralelos. Los iraquíes buscan la manera de que, cada día, sean menos las personas que mueran en un estado –fallido- invadido por la dictadura de la violencia; mientras que Bush busca la manera de no quedarse solo en un Congreso invadido por unos demócratas que ponen en peligro su popularidad entre los “american voters”.

Cuatro marzos que han traído el Negro a una Primavera cubana que un día debió ser azul. Cuatro años donde han continuado las represiones en la “cabeza revolucionaria” donde está prohibido pensar en alto.

En marzo, otro aniversario donde la tristeza en casa es unánime, por lo cercano, por lo cruel, y por la ignominia de unos pocos que nos salpicó cruelmente a todos. Tres años de los atentados de Atocha. Un día, doloroso como cualquier otro, pero establecido de manera inevitable para recordar todos a la vez. Estando en la estación de El Pozo (67 muertos), a uno le invade el debate interno de la angustia del aquel 11-M y el orgullo de darse cuenta que detrás de “la masa” de Ortega, hay Personas.

Marzo. Tres marzos desde que, un 14-M, un ZP habitó la Moncloa. Un año del decreto de la tregua-trampa de ETA o del “unique in Spain” Caso Malaya.

Un marzo de 2007 que, acordándose de decepciones y promesas sin cumplir, invasiones y guerras, represiones y violaciones, muertos y muertos, turbulencias políticas, terroristas y ladrones… se despide nevando todo lo que no ha nevado antes, llorando todo lo que no lo ha hecho antes, para barrer de lluvia un recuerdo que anhela encontrar en abril la ausente sonrisa del mes anterior.