De radios y camelias

Se trata de hacer propio un rinconcito de todo este espacio gigante, en el que no somos nadie pero en donde todos existimos. Se trata de hacer un hueco a esa palabra... más arriba, más abajo, a un lado o del revés. Se trata de abrir los ojos, alzar la mano, tener una voz y ser consciente de que todo, todos, aportamos, importamos.

lunes, 9 de junio de 2008

Cuando la política se viste con petróleo

Los ocho países más industrializados del mundo se han reunido en Japón para buscar causas y soluciones a la subida disparada del precio del petróleo. A la reunión invitan a China, India y Corea del Sur (estos once países consumen el 65% de la energía mundial).
Es una buena iniciativa teniendo en cuenta que estas economías emergentes son ya grandes demandantes de energía y China, por ejemplo, será el país del mundo que más carburante consuma dentro de tan sólo dos años, en el 2010, incluso por encima de Estados Unidos.

El G8 parece que toma conciencia de que la subida del precio del crudo es un problema global y, junto con estos tres países, alertan de que si no se toman medidas la economía global va a entrar en recesión. Contemplan medidas de dos tipos; a largo plazo, como invertir en tecnología para fomentar energías renovables y, a corto plazo, aumentar la producción. Y para eso hacen un llamamiento urgente a la OPEP: incrementar la producción de fuel para que no se sigan disparando los precios y no se desestabilice el mercado.

Claro que, así explicada la propuesta, tiene su razón de ser... pero es sólo mirar una cara del prisma. La OPEP está compuesta por 13 países, responsables del 45% de la producción mundial. El primer país productor del mundo es Arabia Saudí (miembro de la OPEP). El segundo y tercero en el ránking de producción son Estados Unidos y Rusia (el primero, el mayor consumidor del mundo y ambos miembros del G8 pero no de la OPEP, y piden a esta organización que incremente la producción). Canadá está en el puesto número 7 en la producción global y también es miembro del G8.

El G8 propone así soluciones parciales. Por un lado, que sean otros (los paíes de la OPEP) los que produzcan más y sin contemplar para ellos mismos ningún compromiso en variar sus niveles de producción ni de reducción de consumo de energía. La OPEP, por su parte, se lava las manos. Asegura que hay suficiente crudo para cubrir el consumo global. Y que detrás del alza de precios está la especulación y la psicósis política mundial. Una realidad a medias, ya que la demanda de países como China e India se agiganta cada día mientras la producción sigue siendo la misma (estos dos países serán los responsables de la mitad del consumo de energía mundial de aquí a 2030).

Así que mientras unas organizaciones y otras juegan a vestir los intereses políticos con soluciones económicas, las petroleras se frotan las manos. Y mientras los usuarios, como siempre, sufren la realidad de los datos: el precio del barril de Brent se ha duplicado desde 2007, ha subido un 44% desde el pasado enero y, en apenas 36 horas, se ha disparado a más de 16 dólares, alcanzando el pasado viernes su máximo histórico: 139 dólares por barril.

miércoles, 4 de junio de 2008

Yes, he can

El Correcaminos siempre gana al Coyote. Así ha llevado Hillary Clinton la larga votación de los demócratas -como ilustraba un editorial de The Economist- corriendo detrás de un Obama que se ha vuelto imparable. Esta noche Hillary ha mirado al suelo y se ha visto como el Coyote: corriendo sobre la nada.

Conseguidos más de los 2.118 avales necesarios, ahora es él. Él, que ha roto todas las barreras raciales y se ha convertido en el primer candidato negro en llegar a la Casa Blanca. Él, que representa el cambio, la ilusión y la confianza para muchos, tiene todavía muchas trampas que esquivar y dudas que despejar.

Lo más inmediato; falta por ver que los apoyos de Hillary se van a materializar en votos para Obama y no en rencores a favor del republicano McCain, y si la sociedad estadounidense está realmente preparada para el cambio.

La atención mundial se tornará sobre Obama si gana el próximo 4 de noviembre. Y es que, en esta coyuntura actual, un giro en la presidencia de Estados Unidos puede cambiar el cauce de la realidad.

Sabemos que está en contra de la guerra de Irak; pero no cómo va a hacer sacar a sus tropas de un Estado ya fallido y dependiente de la presencia internacional para no caer en guerra civil. Sabemos que pretende abrir las relaciones con Cuba; pero no contempla el levantamiento del embargo... Y así con todo.

McCain aparece como una continuidad en las formas y en el fondo. Obama puede romper esquemas, en apariencia y en esencia. Y es ese el equilibrio que el senador de Illinois tiene que guardar, entre la seguridad de lo conocido y el riesgo de lo nuevo, al menos hasta ser nombrado presidente de Estados Unidos. Porque sabemos que quiere cambiar cosas pero no sabemos cómo. Sabemos que la gente le apoya pero no sabemos hasta qué punto. Y es que ahí está la clave. Él está preparado para el cambio pero... ¿lo está realmente la sociedad americana?.