De radios y camelias

Se trata de hacer propio un rinconcito de todo este espacio gigante, en el que no somos nadie pero en donde todos existimos. Se trata de hacer un hueco a esa palabra... más arriba, más abajo, a un lado o del revés. Se trata de abrir los ojos, alzar la mano, tener una voz y ser consciente de que todo, todos, aportamos, importamos.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Desde el Despacho Oval

Si hay un lugar en donde todo puede ser es ése. Se lo repite una y otra vez, mirando la parte azul de la moqueta. Me queda grande, piensa. Pero el destino le ha llevado hasta allí y sabe que va a cumplir el papel del cargo que representa. Mira atrás. Deja la vida que ocupó durante lustros pero lucha por un espacio mejor. No sólo porque cree en él, sino porque sabe que existe.
Todo el mundo suspira por él, pendiente de cada uno de sus pasos. Y hacen bien, porque los va a dar. Los tiene que dar. Es un antes y un después. Es la ilusión de dentro y fuera, la encarnación de millones de esperanzas y de desesperanzados.
Si hay un lugar en donde todavía todo puede ser... es ése. Rodeado de seguidores, asesores, representantes, guardaespaldas, negros, mayores, extranjeros, pensadores, bohemios, brokers y trovadores. Es el momento. Está claro. Lo sabía antes y lo sabe ahora. Le da miedo. Le da pavor fijar su vista el dibujo de la moqueta. Pero no hay marcha atrás: el cambio ha llegado.

lunes, 3 de noviembre de 2008



Barak Obama es como Woody Allen. En Europa nos encanta. En Estados Unidos resulta que es un incomprendido. A John McCain, sin embargo, le pasa todo lo contrario. Aquí no nos gusta, lo vemos como más de lo mismo. Pero puede ser el próximo presidente de Estados Unidos, con lo que tiene un respaldo en su casa que en Europa no entendemos, cegados por las ganas de cambio, por el empacho republicano o por el morbo afroamericano. McCain es como Wendy´s, que en Europa, por alguna razón nunca llegó a cuajar y en Estados Unidos hace la competencia, ni más ni menos, a la todopoderosa Big Mac.


Todas las encuestas favorecen a Obama... pero no, ni mucho menos está todo el pescado vendido. Hay factores externos que pueden alterar esos resultados (algún susto terrorista sin ir más lejos) pero también los puede haber internos que hayan provocado un reflejo equivocado de la realidad en los sondeos (que se lo digan a John Kerry y a Al Gore).


El caso es que, gane quien gane, habrá cambio. Cambio, porque la situación dentro y fuera de Estados Unidos es completamente diferente a la que se encontró George Bush hace ocho años. Pero lo que está claro es que, gane quien gane, tendrá que hacer frente a los mismos retos: Irak, una economía marcha atrás o restablecer la propia imagen del país a nivel mundial.

Queda nada. Unas horas. Mientras, Arizona se prepara, Chicago se engalana y el resto... el resto miramos con lupa unos resultados que, esperamos, hagan realmente Historia.