De radios y camelias

Se trata de hacer propio un rinconcito de todo este espacio gigante, en el que no somos nadie pero en donde todos existimos. Se trata de hacer un hueco a esa palabra... más arriba, más abajo, a un lado o del revés. Se trata de abrir los ojos, alzar la mano, tener una voz y ser consciente de que todo, todos, aportamos, importamos.

lunes, 3 de noviembre de 2008



Barak Obama es como Woody Allen. En Europa nos encanta. En Estados Unidos resulta que es un incomprendido. A John McCain, sin embargo, le pasa todo lo contrario. Aquí no nos gusta, lo vemos como más de lo mismo. Pero puede ser el próximo presidente de Estados Unidos, con lo que tiene un respaldo en su casa que en Europa no entendemos, cegados por las ganas de cambio, por el empacho republicano o por el morbo afroamericano. McCain es como Wendy´s, que en Europa, por alguna razón nunca llegó a cuajar y en Estados Unidos hace la competencia, ni más ni menos, a la todopoderosa Big Mac.


Todas las encuestas favorecen a Obama... pero no, ni mucho menos está todo el pescado vendido. Hay factores externos que pueden alterar esos resultados (algún susto terrorista sin ir más lejos) pero también los puede haber internos que hayan provocado un reflejo equivocado de la realidad en los sondeos (que se lo digan a John Kerry y a Al Gore).


El caso es que, gane quien gane, habrá cambio. Cambio, porque la situación dentro y fuera de Estados Unidos es completamente diferente a la que se encontró George Bush hace ocho años. Pero lo que está claro es que, gane quien gane, tendrá que hacer frente a los mismos retos: Irak, una economía marcha atrás o restablecer la propia imagen del país a nivel mundial.

Queda nada. Unas horas. Mientras, Arizona se prepara, Chicago se engalana y el resto... el resto miramos con lupa unos resultados que, esperamos, hagan realmente Historia.


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