De radios y camelias

Se trata de hacer propio un rinconcito de todo este espacio gigante, en el que no somos nadie pero en donde todos existimos. Se trata de hacer un hueco a esa palabra... más arriba, más abajo, a un lado o del revés. Se trata de abrir los ojos, alzar la mano, tener una voz y ser consciente de que todo, todos, aportamos, importamos.

jueves, 4 de octubre de 2007

Son las diez, las nueve en Canarias

Si escuchara hoy la radio se sorprendería siendo portada del Informativo. Hoy, otros hacen el trabajo por él; y él, es el protagonista por lo que nunca lo tuvo que ser. Él es la noticia y otros, los que la cuentan.

Una día, allá por abril... a finales, o a principios de mayo, me crucé con él sin esperármelo. Salía del estudio, con la mente puesta en la noticia que acababa de leer. Iba acompañado de ni siquiera me fijé en quién. Tenía buen aspecto. Llevaba la gorra que debía haberle acompañado durante estos meses atrás. Tenía un buen color. Y sonreía. Salía del estudio y casi nos chocamos, de hecho, creo que le pisé. No supe reaccionar de manera más inteligente... le dije: ¡hombre, Carlos! ¿qué tal?. Él contestó: ¡pues muy bien, no ves que al final no me muero!

1 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio