De radios y camelias

Se trata de hacer propio un rinconcito de todo este espacio gigante, en el que no somos nadie pero en donde todos existimos. Se trata de hacer un hueco a esa palabra... más arriba, más abajo, a un lado o del revés. Se trata de abrir los ojos, alzar la mano, tener una voz y ser consciente de que todo, todos, aportamos, importamos.

domingo, 12 de abril de 2009

De las mentiras de Marruecos


Siempre te imaginas, en medio de un conflicto político, exageraciones, intereses maquillados, tergiversaciones e incluso manipulaciones de hechos o informaciones, desde cada una de las partes. Sí, desde cada una de las partes.

Pero en este caso no hablo de forzar una interpretación ni de utilizar palabras poco adecuadas. Hablo de mentiras. De mentiras descaradas que jamás pensé que un gobierno medianamente serio pudiera cometer. Hablo sin maquillaje ni literatura. Hablo concretamente de las mentiras de Marruecos del día 10 de abril de 2009.

Dijo entonces su ministro de Asuntos Exteriores, en relación con la columna humana que se formó a modo de protesta frente al muro que divide en dos el Sahara Occidental, literalmente, que "unas 1.400 personas, entre ellas extranjeros, encuadradas por elementos militares del Polisario, provistas de armas individuales y detectores de minas, han entrado hoy viernes en la zona prohibida... varios tiros han sido disparados al aire y alambres de espino han sido extraídos, violando a propósito y de manera flagrante los acuerdos militares concluidos bajo los auspicios de las Naciones Unidas y cuyo respeto está supervisado por la MINURSO”. Esta vez no me lo cuentan, esta vez no lo leo ni lo deduzco. Esta vez lo vivo.

Marruecos miente cuando dice que esa columna humana está "encuadrada por elementos militares del Polisario". Esas personas (entre las que sí, estábamos y éramos muchos extranjeros) iban a protestar de forma pacífica frente al muro en una concentración organizada desde España.

Marruecos miente cuando se atreve a decir que íbamos provistos "de armas individuales" y que disparamos varios tiros al aire. Absolutamente falso. Todos los que estábamos en la concentración éramos civiles. Unos, periodistas y personal de Landmine Action, trabajando; otros personal de la organización y, todos, testigos de la vulneración de los derechos humanos que supone la existencia de esa barrera.

Marruecos miente cuando dice que, con esa concentración, se violó "a propósito y de manera flagrante los acuerdos militares concluidos bajo los auspicios de las Naciones Unidas". La misma ONU le desdijo. Fue su misión allí, la MINURSO, la que aseguró que no intervino en los acontecimientos ya que sólo puede hacerlo en caso de vulneración de la resolución del Consejo de Seguridad.

Marruecos miente y lo hace con un descaro intolerable ante la más alta institución internacional, ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Marruecos miente y queda impune, pero no gana. Porque no puede callarnos. No puede callar al pueblo saharaui. No puede callar a los que hemos conocido la realidad de lo que lleva más de treinta años provocando en el Sahara Occidental. Marruecos miente pero no silencia, porque cada vez somos más los que denunciamos la infamia que representa su muro. Marruecos miente, pero se olvida de que vamos a estar, desde el altavoz que podamos, contando la realidad que ellos desprecian: la verdad del desierto.